~Untouch~ Ep 4 con Grimmjow ![]() Visitas: 627 Fecha: 05/07/15 02:28 Última edición: 05/07/15 02:28 Fanfics > Bleach |
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~Un encuentro más~
El sol bronceaba mi cuerpo, las gafas de sol descansaban al lado de la piña colada. La diversión del día consistía en estar en la piscina, tomar bebidas tropicales ―la mayoría con alcohol―, tomar el sol, jugar al póquer, fumar cigarrillos entre otras cosas.
In Da Club, 50 Cent llenaba el vacío de los gritos y las risas. Mis amigos de siempre habían aceptado hacer una mini fiesta en mi casa en cuanto les dije que mi padre se había ido de viaje.
―¡(…), entra al agua! ―los insistentes gritos de Nell hicieron que me apoyara en mis antebrazos y viera a mis amigas en la piscina.
―No tengo ganas ―le dije, volviendo a acostarme.
Habían pasado ya dos semanas desde la noche loca que pase con Grimmjow. No lo había vuelto a ver, ni siquiera había escuchado noticias suyas por ninguna de mis amigas y el no saber nada de él me entristecía por alguna razón. Quizá ya había encontrado a otra nueva “amiga”. Solo de pensarlo los celos me consumían.
―Desapareciste ―murmuré, abrí los ojos al sentir que dos grandes manos me tomaban de mis rodillas y otras dos me tomaban de los brazos―. ¡¿QUÉ?!
―¡¡AL AGUA!! ―escuché las voces de Shinji y Nnoitra riendo mientras me tiraban a la piscina como si fuera una niña pequeña.
Las burbujas se acumulaban frente a mi mientras mi cuerpo se sumergía, estaba perdiendo oxigeno e intente calmarme. Solté más aire y subí a la superficie moviendo mis brazos y piernas, al salir tomé una gran bocanada de aire buscando todo el oxigeno que había perdido.
―¡Estúpidos! ―les grité con media sonrisa dibujaba en mi rostro.
El rubio y el moreno se lanzaron a la piscina en busca de Nell y Lyssa, Orihime y Uryuu descasaban bajo una de las sombrillas, echándose bronceador. La única que no había venido era Rukia, otra desaparecida con Ichigo.
Decidí salir de la piscina en cuanto Nell y Lyssa se subieron a los hombros de Nnoitra y Shinji empezando una pelea en el agua.
Nade hasta la orilla de la piscina y una mano salida de la nada me ayudó a salir. Mi cuerpo y cabello estaban totalmente empapados, aún así no me importó saltar a los brazos de desconocido que había estado seco hasta que lo abracé.
―¡No me puedo creer que estés aquí! ―él tomó mi rostro entre sus manos y me miró fijamente con sus ojos azules, ignoré las miradas sorprendidas de mis amigos―. ¿Cuándo llegaste?
―Hace unas horas ―se puso derecho y me apartó un mechón de pelo―. ¿Tu padre no está?
―No ―le dije con cara molesta resoplando con fastidio―. Se fue a otro viaje de negocios.
―Oh, claro.
―¡Señorita (---)! ―me giré y vi a Bianca llamarme.
―¿Qué sucede Bianca?
―Es su padre, le llama por teléfono.
Joder, otra llamada con lo mismo de siempre.
―Haschwalth vamos dentro ―él me ofreció su brazo y yo lo acepté, ambos nos dirigimos hacía la mansión.
Con todas las cosas que pasaron en estas semanas había olvidado por completo que Haschwalth iba a venir de visita, seguro por eso mi padre me llamaba. El rubio se fue a instalar a su habitación de siempre, al lado de la mía mientras yo escuchaba los ladridos de Vladislav por teléfono. No sé exactamente cuánto tiempo estuve hablando con él, pero al terminar la llamada tenía la oreja roja.
―Señorita (…), el joven Jugram ya está instalado en su habitación ―mi niñera de toda la vida, Bianca, una mujer que rondaría los cuarenta y tantos, seguía tratándome con muchísimo respeto.
―Matera, no hace falta que me sigas agregando el “señorita” ―le dije sonriente utilizando el termino madre en griego, ella se sorprendió un poco pero sonrió―. Me cuidaste desde antes que saliera del vientre de mi madre, creo que eso es más que suficiente. Además a Haschwalth tampoco le gusta que le llames tan formal.
Unas lágrimas de felicidad empañaron los ojos de la rubia pero se las limpió muy rápido.
―Está bien, mi niña ―me dio un beso y luego se fue a hacer su trabajo de ama de llaves.
―Siempre tan cariñosa ―comentó Haschwalth apareciendo detrás de mí.
―Si, siempre igual ―coincidí divertida―. Veo que te has puesto un bañador.
Hasch se miró el bañador de estampado hawaiano de flores azules y blancas.
―¿Está mal? ―preguntó con duda. Yo observé su definido torso, estudiaba con atención su escultural cuerpo. Estaba demasiado guapo para la ocasión.
―Estás perfecto, vamos a la piscina ―le tomé de la mano ignorando sus protestas―. Chicos, vamos a divertirnos.
El resto del día la pasamos haciendo juegos de parejas, luchas, jugando voleibol bailando como locos. También algunos juegos de resistencia, aunque nadie pensó que Uryuu los ganaría. También las chicas me ayudaron a tirar a Dimitri a la piscina, el pobre tuvo que cambiarse como cuatro veces.
Tomamos alcohol hasta quedar inconscientes en el jardín, los chicos en un lado y nosotras en otro. Nadie sabe cómo o por qué, pero todos amanecimos dentro de la casa, cada uno en un sofá plegable y una manta encima.
―Su puta madre, vaya resaca ―se quejó Nnoitra, estirándose y bostezando.
―Joder, no digas palabrotas tan temprano ―le dije tirándole un cojín a la cara, me froté los ojos y traté de adaptarme a la luz de la mañana―. ¿Qué hora es?
―Las doce y media ―dijo Lyssa medio dormida acomodándose las gafas.
De repente la canción de B.Y.O.B. de System of a Down empezó a sonar… era mi celular. ¿Dónde estaba?
―¡Dios, contesten ya el maldito celular! ―me reí al escuchar las quejas de Uryuu.
La verdad escuchar rock cuando tienes resaca no es buena idea.
―¿Hola? ―dije pero nadie respondió al otro lado, me aparté el celular de la oreja y vi que era un número desconocido―. ¿Hola?
Nada.
La línea se cortó y quién quiera qué fuera el de la llamada me colgó.
―¿Qué pasa, (…)? ―la voz de Haschwalth me sacó de mi repentino limbo.
―N-Nada, sólo que esa llamada fue algo rara.
―¿Rara? ―dijo Shinji.
―Bueno, no rara rara, sino que nadie me contestó cuando hablé.
―Oh, (…) tiene un admirador secreto ―Orihime ya estaba con otra de sus paranoias.
―Qué más da ―dije quitándole importancia.
La verdad no la tenía, y si Orihime tenía razón tampoco importaba. Al único que veía como mi admirador secreto seguramente ya ni se acordaría de mi nombre.
Después de que mis amigos se marcharan yo me fui a mi habitación, me duche busqué ropa decente para un viernes por la noche. En realidad no tenía ganas de salir por primera vez en mi existencia pero le había prometido a Haschwalth salir con él.
Alguien tocó suavemente la puerta de mi habitación.
―¿Estás lista, (…)?
―¡S-Sí, espera ya voy! ―le grité a Haschwalth mientras peleaba con la cinta de mis tacones negros, me tropecé y por poco me caigo, gracias al cielo no lo hice.
Volví a resoplar y tome mi chaqueta, bolso, celular y dinero.
―Vaya, (…) piensas buscarte un novio ―las palabras de Hasch me hicieron levantar mis cejas.
―Ja, ja, muy gracioso ―*Ja, ja, muy graciosa* una imagen de Grimmjow dándome comida se me vino a la mente tras decir esas palabras. ¿Por qué me acordaba de él en un momento cómo ese?
―¿(…)? ―preguntó en tono preocupado.
―Vamonos, antes de que Dimitri nos…
―¿Adónde se supone que van ustedes dos? ―el mencionado apareció tras nosotros emanando un aura maligna.
―Estará bien, yo cuidaré de ella ―el alemán y el rumano se retaron con la mirada, ambos eran de la misma estatura. Aquí la única minion era yo.
―No puedes asegurar eso ―le dijo Dimitri con evidente recelo.
―Ya va, no peleen ―me metí en medio de ellos antes de que se besaran―. Dimitri, saldré con Haschwalth, mi padre ya lo sabe así que no habrá ningún problema.
El pelinegro seguía asesinando a Haschwalth con la mirada, no estaba convencido de dejarme ir sola con el rubio.
―.Por favor, prometo llamarte si hay algún problema ―le insistí en un tono suplicante a lo que él acabó aceptando.
―Que sea verdad, eh.
Cuando Dimitri y Haschwalth se vieron una última vez nos dejó pasar, me volteé un poco y le vi que se tocaba el auricular de la oreja y luego me miraba una vez más y se iba en dirección al jardín principal.
―Ese tipo no puede soportarme ―dijo Hasch con tono divertido.
―Lo sé, no os aguantáis mutuamente ―le dije poniendo los ojos en blanco―. Por cierto, ¿qué tal está Gremmy?
Mi repentino cambio de tema le distrajo hasta que llegamos a la estación del metro. Hablamos de tonterías, de sus años viviendo en Alemania y su estadía en América. Parecía un poco aburrido de vivir su vida en América sin mí, cuando me dijo eso yo solo me reía como loca y él me acompañó a pesar de ser más formal que yo.
Haschwalth y yo somos como el agua y el aceite. Polos opuestos, cielo y tierra, uña y carne (no quise poner mugre 7v7 para ser más finolis xD)
Ambos tenemos una relación que va más allá de la simple amistad, es más compleja que eso. Pero cuando mis padres decidieron dejar Alemania para venir a Japón nos distanciamos mucho los primero meses aunque al poco de volver a llamarnos y chatear nos hicimos incluso más unidos que antes.
―¿Es aquí? ―volví a tierra cuando llegamos a la Station 16, le asentí con la cabeza y salimos del vagón. Tomamos las escaleras eléctricas y el ambiente nocturno de Karakura nos envolvió.
―Las cosas han cambiado un poco desde tu última visita ―le informé a Hasch y se limitó a observar los nuevos clubes que habían abierto.
―Eso veo, ¿dónde dices que quedaste de verte con tus amigos?
―Bueno, primero iremos a un nuevo club que abrirán llamado ICE y luego iremos al Dólar.
―(…), el ICE es el club que compró tu padre.
―Bueno, si, pero ahí nadie me conoce ―le dije ocultando mi enojo al saber que él ya conocía el ICE.
―Ok, haré de cuenta que no sabemos quién es el dueño ―dijo serio, pasando uno de sus brazos por mis hombros, atrayéndome a él en un abrazo.
*Haschwalth llegó en el momento justo para alegrarme un poco.*, pensé mientras nos dirigíamos rumbo al club ICE donde nos esperarían los chicos.
―Grimmjow ―era la quinta vez que le hablaba y él seguía ignorándome como a la mierda―. ¡Grimmjow!
Le apagué la tele y él siguió en el mismo sitio sin inmutarse, con los talones sobre la mesita de cristal, recostado en el sofá con los brazos sobre su cabeza.
―Tsk, ¿por qué no te vas de una vez por todas, Ichigo? ―me gruñó y yo solo suspiré.
Este idiota llevaba de malhumor desde hace semanas, sin salir de casa, incomunicado y ermitaño.
―Al menos dígnate a darte un baño ―le dije.
―Lo hice mientras tú copulabas con la enana ―me ruboricé al escucharle hablar así de MI vida sexual con Rukia―. Ya sabes que me he duchado, puedes largarte.
―Oye, oye no le hables así ―agradecí que Nell apareciera para respaldarme. La llamé y le conté lo que pasaba con Grimmjow, evidentemente ella se preocupó y por eso vino a casa. Ojala que ella pueda convencerlo de salir a la calle a tomar aire al menos―. Ya te estás levantando y cambiándote para salir.
―No jodas, Nell, no estoy para salir a ningún lado ―le dijo Grimmjow.
―Has lo que te dice Nell ―le insistí.
―Váyanse los dos ―nos dijo esta vez viéndonos a la cara, luego se volvió a recostar en el sofá y encendió la tele con el otro control.
*Ciertamente será difícil tratar con este imbécil.*
―Grimmjow, ¿acaso no escuchaste lo qué te dije? ―Grimmjow miró asustado a Nell que parecía un demonio. Ella fue hasta él y lo tomó de la oreja como un niño pequeño y lo llevó hasta su habitación donde lo obligó a cambiarse, perfumarse y peinarse.
―Muy bien, ahora si podemos irnos ―dije contento ignorando la mirada asesina de Grimmjow. Mientras íbamos al garaje mi celular vibró. Era un mensaje de Rukia.
*Hola mi chappy, iremos a la inauguración del club ICE. Nos vemos allí en dos horas, un beso. Tu enana ^3^*
Olvidé preguntarle por (…), seguro que si Grimmjow la veía de nuevo tal vez cambiaría su malhumor. El trayecto en coche se me hizo eterno pero mis ánimos mejoraron al ver las puertas cristalinas y las letras ICE con un diamante de fondo.
―Joder, otro millonario abriendo clubes de pijos ―puse los ojos en blanco al escuchar otra queja de Grimmjow, ¿por qué mierda estaba sentado al lado mío?
―Estás muy pesado empezando la noche, Grimmjow ―le dijo Nell desde el asiento del copiloto, Nnoitra para mi suerte estaba concentrado en conducir en vez de provocar a Grimmjow. Escuché la melodía del celular de Nell y ella contestó muy alegre―. ¡Hola, (…)! Si, estamos buscando dónde aparcar el coche. Por supuesto, tú pide todo que ya llegamos. Aja, oye… ―Grimmjow disimuladamente la miraba por el retrovisor y levantó una ceja al ver que Nell se puso algo inquieta antes de seguir hablando―. ¿Haschwalth está contigo? ¿Sí, de verdad? Ok, ya nos encontraremos contigo y él.
*¿(…)? ¿(…) estaba en el club? Eso me alegró no sé por qué, pero no importaba. La cuestión más importante aquí es: ¿Quién demonios es Haschwalth? ¿Por qué estaba con (…) y cómo es que Nell lo sabía y no me dijo nada?*
Sentía la sangre hirviendo en mis venas al pensar en que otro estuviese con ella, me importaba una mierda si eran celos. (…) era y será sólo MÍA.
―Grimmjow, parece que quieres matar a alguien ―Ichigo parecía asustado al verme.
―Quizá alguien sea desmembrado hoy ―susurré entrecerrando mis ojos.
―(….) aquí están las bebidas ―me giré al ver que una camarera vestida de conejita traía nuestras bebidas. Aún me costaba asimilar que el club era de mi padre. ¿Para qué querría él un club de este tipo? Para mis ganas de fiesta de fiesta definitivamente no, Vladislav escondía algo y yo quería averiguar el qué.
Haschwalth tomó mi mano y me llevó a la pista.
―No tienes por qué hacerlo ―le dije, él solo me sonrió negando con la cabeza. El que estuviera dispuesto a bailar, beber y emborracharse solo para estar conmigo me conmovía mucho.
*Las tonterías que hace por mí.*
Después de pensarlo unos segundos acepté a su suplicante mirada y empecé a bailar con él, no me había dado cuenta pero Haschwalth sabía bailar de una manera bastante provocativa.
―(…), ya vuelvo ―me dijo Hasch al oído, la música estaba demasiado alta y nos costaba escuchar nuestra propia voz―. Voy al baño, ya vuelvo ―me dio un leve beso en la frente y se perdió rumbo al baño de caballeros.
Decidí esperar moviendo mis caderas levemente al son de Fanática Sensual de Plan B, tarareaba la canción en un intento por pasar mejor el rato. Volví a bajar el dobladillo de mi vestido y miré a mí alrededor buscando alguna cara conocida.
Las mujeres y los hombres fijaban su mirada en mí, la situación me incomodó más aún cuando un tipo salido de la nada me tomó de la cintura pegándome a su pecho.
―¡¿Qué haces, estúpido?! ―me solté de su agarre y le di una cachetada, la gente estaba demasiado borracha como para percatarse del lío que se estaba armando.
―¿Qué pasa, preciosa? ―el tipo se acarició la mejilla enrojecida―. No deberías estar aquí sola. ―Me tomó de las muñecas, estirando mí brazo derecho haciendo que pegara mis pechos en su tórax, sentí su otra mano en mi cintura―. Baila conmigo.
―¡Suéltame, imbécil! ―traté de forcejear de nuevo y el tipo acercaba su asqueroso rostro al mío, su aliento apestaba a licor y me era repugnante. Grité cuando sentí sus asquerosos labios besando mi cuello y luego alguien me dio un leve tirón de la cintura.
Después no sé qué pasó exactamente, pero el tipo que me había estado molestando había caído al piso con un corte en la mejilla.
―¡No vuelvas a acercarte a ella, es MÍA! ―*¿Será que…?*
―L-Lo siento, no me volveré a acercar a tu mujer ―los gorilas de seguridad ayudaron al acosador al salir del club, definitivamente ese idiota no volvería a entrar a este club en su vida.
―¿(…), estás bien? ―sus cálidas manos me tomaron el rostro con delicadeza alzando mi rostro hacia el suyo, frotaba sus pulgares en mis mejillas levemente sonrojadas observándome con sus glaciares ojos. Me besó la frente y después me abrazó―. Por favor, dime que estás bien.
―Ahora estoy bien ―le contesté hundiendo mi cara en su pecho, abrazándolo fuertemente para saber que no era mentira.
―¿(…)? ―le escuché que me volvió a llamar.
―Déjame así más tiempo, no dejes de abrazarme ―él obedeció.
Nos olvidamos por completo de la gente a nuestro alrededor. Estaba en mi sitio especial, estaba en el sitio más seguro. Había pasado mucho desde que no sentía ese calor especial en mi pecho y ahora lo sentía rodeándome el cuerpo.
Sentí que me apartó un poco y volvió a poner sus manos en mis mejillas, mi corazón latía cada vez más rápido, mi respiración se agitaba. Ahí estaba, mi príncipe azul había vuelto a mi vida.
―¿Grimmjow? ―en el momento que dije su nombre se inclinó para tomar mis labios en un beso apasionado y necesitado. La verdad me satisfacía saber que no era la única necesitada, Grimmjow también lo había estado. ¿Me habría echado de menos tanto cómo yo a él? Su lengua recorrió cada rincón de mi boca, parecía una pantera hambrienta.
Nos separamos cuando casi me caigo al suelo, Grimmjow se puso derecho y me ayudó a mantener el equilibrio. Estábamos muy juntos, lo único malo era que había gente a nuestro alrededor de lo contrario ya estaríamos desnudos.
―(…), mí (…) ―dijo con sonrisilla de diablillo volviendo a abrazarme―. ¿Por qué me dejaste solo?
Sé que era una pregunta pero mi corazón lo tomó como una acusación. Aún no podía decirle por qué, había mucha gente y aunque no lo pareciera podría ser peligroso.
―De verdad no quise hacerlo ―él me sonrió comprensivo―. Lo siento.
―No te disculpes ―le vi sonreír aún más―. Podrás compensarme está noche.
*Compensarle… ¿está noche?*, mi cerebro sufrió un corto circuito solo de imaginarlo.
―¿Acaso no quieres una noche más conmigo? ―preguntó algo… ¿celoso?
―.Pero ¿qué dices? ―Claro que la quería, ¿qué mente sana no la querría?
―Tú y yo tenemos algo pendiente ―me dijo entrecerrando sus ojos receloso, luego se puso derecho y miró por encima de mi hombro.
―¿(…), estás bien?
―Haschwalth, s-si estoy bien ―inmediatamente miré a Grimmjow. No, por favor no. Otros dos que se odian no.
Definitivamente todos los hombres le guardaran un rencor especial a mi pobre Haschwalth.
―¿Quién es él? ―preguntó Haschwalth señalando con la cabeza a Grimmjow.
―Él e- ―Grimmjow me cortó antes de que siguiera hablando.
―Soy Grimmjow Jeagerjaquez, SU NOVIO, ¿y tú quién eres? ―le dejo muy claro lo de “novio”.
*¿MI NOVIO?*, pensé echando humo por la cabeza.
―Haschwalth Jugram, primo-hermano de (…) ―ambos se vieron un momento, hasta que los dos se tomaron de la mano amistosamente.
*¿Qué coño pasa aquí? Hace nada se lanzaban cuchillos con la mirada.*
―Así que el primo… ―murmuró Grimmjow tomando mi cintura posesivamente.
―Mejor decir hermano ―le corrigió educadamente el rubio a lo que Grimmjow sonrió satisfecho.
―Bien ―dijo el peliazul mirándome con una queja en sus ojos azules.
―(…), Nell nos está buscando ―me dijo después de u
nos segundos―. Será mejor ir con ella, está preocupada.
Todos volvimos a la mesa donde estaban los demás. Las miradas inquisitivas de mis amigas no tardaron en taladrarme y sabía que después de esto tendrían muchas preguntas que hacerme.
―(…), acompáñame al abajo ―me susurró Grimmjow al oído llevándome de la mano sin esperar mi contestación.
N/A: Realmente leer mucha novela erótica daña la salud :V
![]() 05/07/15 06:41 | Última edición: 05/07/15 06:41 |
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Nanna sigue leyendo esas novelas no te hacen daño soy tu consciencia escuchame -w-
Me emociones cuando leí BYOB Puff amo System
OwO me voy a la conti
![]() 05/07/15 07:26 | Última edición: 05/07/15 07:26 |
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¡Ciaossu!
Las novelas eróticas no le hacen nada a nadie(?) Son fuente de inspiración :v
Oh te juro que cuando leí System of a dowm sonreí Cx amo a esos tipos, mí canción favorita es Lonely Day adsdsdassd
Jaja ese momento incómodo cuando piensas que el "hermano" de tú pareja es un rival en potencia y gritas es MÍ NOVIA :v ¿O solo a mí se me hizo raro? O.o jaja bueno me gustó mucho
¡Por el siguiente cap! (>^v^)>